29 de julio de 2007

De camino a Madrid

Un Alicante Madrid en coche puede ser uno de los viajes más aburridos del mundo. Autopista, autopista, peaje, baches en Castilla La Mancha, unos cuantos camiones y un paisaje duro, de matorral y roca en este verano caluroso. Pero puede ocurrir que quieras apurar el depósito antes de echar gasolina por aquello de que paga la empresa, mejor llenarlo. Puede ocurrir que te aventures por una salida de gasolinera y no aparezca nunca la gasolinera, pero sí una posta del siglo XVII, preciosa, una carretera entre montañas, llena de vegetación, y que a eso de las tres de la mañana se te cruce un ciervo, (¡un ciervo en el siglo XXI!, y yo que les había estinguido en mi imaginación), una ardilla roja, un de gato solitario, una mujer vestida de negro, con el pelo cano, paseando una cosa peluda y negra, una bruja, pensé, y yo con las largas, como para no verme, en mi Golf negro. No sé si me llegó a mirar, pero lo pareció. Desde luego no hace falta un cuento de hadas paa sentirse una princesa en apuros. Y el príncipe sigue sin aparecer, menos mal que en el siglo XXI las princesas nos conducimos solas.
Y a las pocas horas estaba divina trabajando en Boss.

13 de julio de 2007

Festival de cine de L´Alfas del pí: Bajo las estrellas

Ópera prima, basada en una novela, buenos personajes, buen diálogo, buenos actores. Sigo pensando que entre los 30 y lo 40 es la mejor edad para todo, incluído para actuar. Algunos consiguen que sus cuarenta y luzcan igual de bien, y es que la madurez es un grado. Alberto San Juan es uno de mis actores favoritos desde que le vi en una modesta obra, en un solitario verano en Madriz, de su grupo Animalario. Ahora que ya no hacen obras modestas sino radicales terremotos contra el sistema donde sólo ellos se hacen responsables de preguntarse por qué tenemos rey en una democracia donde ese tipo de preguntas públicas siguen siendo tabú, (uf, respiremos después de una frase tan larga), ahora, digo, no sólo me parece que borda su papel, éste y el Sade que estrenó el pasado invierno, sino que está más guapo que nunca. Caray, cómo disfrutamos las mujeres de una película con un buen actor buenorro. Lo malo es que tengo la tendencia de enamorarme en los primeros cinco minutos de película, de él, de su hermano Lalo, con esa gran nariz vasca, o de la sonrisa del prota de Tu vida en 65 minutos, que me tiene fascinada desde que le vi.
Alberto San Juan, Julián Villagrán (el tremendo Contra de Bienvenido a casa, ya decía yo que me sonaba su cara, me costó un día acordarme de él, pero esa nariz es difícil de olvidar), y Emma Suarez, junto con una niña de 8 años que le da el contrapunto a Alberto nos cuentan una historia muy nuestra, de alguien que reniega de sus orígenes pero que no puede escapar de ellos, hasta que asume quién es, hasta que se deja de mentir a sí mismo. Un regreso a casa a pie, la mayor pare de la peli se la pasa o a pie o en un tractor, ese toque de humor tan nuestro también. El propio director nos dice que es una road movie a la navarra. A mí me parece más bien que toma elementos del cine americano, como casi todo el cine europeo, para hablar de nosotros, de nuestro desapego a los padres que no nos aportan nada y que su muerte nos deja indiferentes ("-Es ley de vida. -Qué carácter el de este chico", viene a decir en un momento de la película), de un intento ded vivir la vida como se puede, a trancas y a barrancas, equivocándose como se puede y arreglando las cosas como buenamente nos dejan. Un personaje aparentemente extraño pero terriblemente cercano.
Qué semana de festival, ay, qué pena que se esté acabando,.

12 de julio de 2007

Festival de cine de L´Alfas del pí: Half Nelson

Sí, es la historia de un profesor de historia en un instituto lleno de negros. Y es adicto al crack, en fin, que nadie es perfercto. Pero nos cuenta una historia de amistad, entre un medio blanco que da clases de dialéctica social, de derechos civiles, de activismo político. Buena mezcla, ¿no? No deja de ser una muestra de la pequeña realidad de una adolescente negra: padres divorciados, madre policía de NY, hermano mayor en la cárcel, profe de historia yonqui. Un poco de realidad, un poco de ficción. Otra buena película que merece ser vista.

11 de julio de 2007

Las Nits del Mediterrani: Horacio Icasto y Ara Malikian

En realidad me hubiese gustado poner la foto del bajista del cuarteto que acompañó a Icasto anoche. El escenario fue inmejorable: la ermita de La Nucia, en plena noche, qué pena del aire y del frío. Tocaron temas compuestos por el argentino, con fuerza y con pasión. Unos solos espectaculares. Echaba de menos un buen concierto de jazz. El de anoche fue realmente bueno, aunque reconozco que Icasto no está entre mis favoritos (Gonzalo Rubalcaba, Jammi Cullun o Valdés, sí) y que me faltó algún tema de Piazzola, acostumbrado como estamos a que esté en su repertorio.
Comenzó con una apuesta arriesgada, un largo tema de free jazz con multitud de disonancias, con el que costó meterse al público en el bolsillo. La versión jazz de Ravel también me pareció que sólo la apreciaban los estudiantes de conservatorio que estaban entre el público. Pero con el tríptico Invierno Terrible, ¿Por qué? y Eperanza tanto el contrabajista, como el batera y el propio Icasto arrancaron más de un "bravo" espontáneo entre el público con sus respetivos solos. También la actuación del armenio Ara Malikian fue sobresaliente, aunque el sonido de su violín quedaba algo ahogado frente al trombón.
Ummm, tanto placer me va a matar...

10 de julio de 2007

Festival de cine de L´Alfas del pí: Llach, la revolta permanent

Es jodido ver cómo en la historia de España hay multitud de puntos negros y de lados oscuros. Cuando estuve en Argentina en el 2000 todavía Busi andaba amenazando e intimidando como si tal cosa. Poco después era el juez Garzón el que le juzgaba por crímenes de lesa humanidad. Y allá se quejaban de que fuera la justicia extranjera y no la propia quienes se ocupasen de su pasado. Aquí tuvimos a un personaje llamado Manuel Fraga, que el 3 de marzo de 1976 ordenó asediar una iglesia llena de civiles, les cercaro, les metieron bombas de humo para obligarles a salir, y cuando intentaban escapar dispararon con fuego real. Cinco muertos, dos de ellos con tan sólo 17 años, y más de cien heridos de diferente gravedad. Nunca se ha pensado en juzgar a Fraga por aquellos hechos, cuando ya Franco había muerto, y se le ha dejado gobernar en Galicia hasta que no ha podido más, por su edad. En ningún momento dentro del partido se ha pensado que no era una imagen muy democrática tenerle en sus filas. Lo que da que pensar.
Aquella noche Lluis Llacha compuso una de sus mejores canciones. Este documental narra los hechos de Vitoria-Gazteiz, la trayectoria musical de Llach y termina en el recital que dio el 3 de marzo de 2006.
En la sala estuvimos sólo aquellos a los que nos interesa saber. Supongo que este tipo de películas no se ponen en la playa, alguno todavía es capaz de rajarla para que no veamos, para no saber, para silenciar.

9 de julio de 2007

Festival de cine de L´Alfas del pí: Emmas Glück

Qué gran película: me hizo disfrutar, reír, llorar, ¿qué más puedo pedir? Una historia no sólo sobre la soledad, no sólo sobre el amor, no sólo sobre la ternura. Me gustan las historias donde sientes que los personajes son seres complejos sin necesidad de que les pasen cosas tortuosas, o que sus vidas sean una asco, aunque el hecho de morirse de cáncer es suficientemente dramático. Pero aún así consigue que salgamos con una sonrisa en la boca. Emmas Glück consigue transmitirnos, sin grandes derroches de diálogos que nos expliquen nada, no es necesario, toda la ternura, los cambios emocionales y la evolución del personaje gracias a la increíble mirada de Jördis Triebel, una actriz que consigue llenar la pantalla, no sólo por su volumen, sino por su expresividad. Y qué grande el personaje de Hans, el policía del pueblo, eternamente enamorado, sospechando y sin querer ver, paciente, constante. Y vale, el final es previsibles, es más, todo el guión lo es, pero lo perdonaremos por una factura más que correcta, que estamos harotos de ver malas películas donde se ve hasta la jirafa en algunos planos (véase Pura Sangre).

8 de julio de 2007

Festival de cine de L´Alfas del pí: Pura Sangre

En la primera semana en la facultad tuve la suerte de conocer a Alicia Redondo. En su primera clase nos dijo algo que se me ha quedado marcado: que nuestra forma de leer no volvería a ser virgen, nuestros estudios nos pondrían unas gafas pesadas que nos obligaban a hacer un doble esfuerzo para recuperar el placer de leer. Supongo que eso se puede extrapolar a cualquier área de conocimiento y que cuanto más conoces un arte más cuesta encontrar algo realmente bueno. Supongo que mi forma de leer no es virgen. Y creo que algo parecido me pasa con el cine. Aunque no haya estudiado montaje, ni encuadres, ni producción, he visto tantas películas que cada vez me cuesta más encontrar una que realmente me diga algo. Mi comienzo del Festival ha sido mediocre. Pura Sangre es una película con una buena fotografía, claro que es fácil conseguir buenos planos paisajísticos en un país como Argentina. La música, salvando las deficiencias de audio de la sala, merece un aprobado, el sonido de un buen piano ayuda a que los paisajes se vean más lindos. Narrativamente la película es un fiasco. Hora y media en al que no nos cuentan nada: el típico drama rural con niño, guapo y resultón, sin ninguna tensión dramática, ni hay misterio que resolver detrás de la puerta, ni un verdadero padre que descubrir, un secreto en el corazón, en fin, cualquier cosa. Así que los días pasan, el niño se aburre, el perro no hace caso y se escapa de cámara en una dirección inesperada, deberían haber puesto al dueño más cerca de la acción. ¿Y qué aporta narrativamente la escena en que se cuenta el descubrimiento del piano? ¿es significativo o simplemente el tipo estaba aburrido y quería meter un plano distinto? Y por supuesto la vecina con el hijo minusválido, que igual podía haber sido una niña que se hiciera amigos, se cayera ella al río, la salvase el abuelo y se viese que no es un ogro. Yo qué sé, pero que pasase algo en hora y media, por favor. Hoy más.

3 de julio de 2007

29 de Junio: Delco + Farrah

En ocasiones asistir a un concierto puede llegar a convertirse en un auténtico viaje. Javier se levantó el viernes por la mañana con pocas ganas de trabajar y con muchas que diesen las diez de la noche. A su jefe ya le había dicho que ese día tenía que salir antes, que una amiga le había invitado a pasar el fin de semana en la playa y quería evitar el atasco consiguiente. En cuanto mencionó la palabra “chica” todo fueron facilidades y complicidades, lo que irrita enormemente a Javier. Esa manía tan masculina de vanagloriarse por el mero hecho, la vaga idea, de que uno de su especie vaya a echar un polvete. Y para colmo si se explaya en decir que son sólo amigos los colegas se le ponen pesados, no paran de insistir, de guiñar el ojo y darle palmaditas en la espalda. Sólo falta que me regalen condones, pensó. Las dos primeras horas de viaje se le hicieron eternas, muerto de cansancio por el madrugón mañanero, casi se queda dormido al volante. Menos mal que sonaba Nada Surf en su radio. Luego, en seguida, Alicante, el mar, la autopista, la playa. Y una hora más hasta Valencia después de recogerme en mi casa. Un quiché de verdura, una coca-cola y a seguir ruta, pero, esta vez sí, con el gps, que sino a ver cómo encuentras la sala en una ciudad que no conoces de nada. Cuando llegamos a las diez, justo cuando estaba programado, los Delco estaban haciendo las pruebas de sonido. Así que el concierto empezaría tarde, como siempre en esta zona. No hemos asistido a un solo concierto puntual a este lado del Manzanares. La cena fue extraña, parecía que la mitad de La Bodegueta iba a asistir al concierto, tanto indie, tan jóvenes, tan guapos. A las once y media nos metimos en la sala y allí estaban, en la entrada, con una enorme sonrisa y agradeciéndonos el ir a verles. Qué caray, gracias a ellos por ser tan majos, que no todo el mundo es capaz de bajar del escenario a saludar después de haber ganado el Proyecto Demo. He de reconocer, personalmente, que los conciertos en sala pequeña me fascinan, prefiero esa sonoridad rotunda, ese calor de las pocas personas que comparten un gusto más allá de las modas. Lo que no ofreció Pearl Jam, a pesar de que lo considero uno de los mejores conciertos a los que he asistido, en Madrid, todavía me pregunto qué carajo hacía aquel rapero sevillano delante de mí a parte de destrozarme los pies. Empezaron con Stopped clocks, un estupendo sonido de piano acompañando a la más estupenda voz de Manu. Mostraron el repertorio completo y nos adelantaron un tema nuevo. Y, por supuesto, sigo emocionándome con el violín de When you think I´m gone o con la voz vibrante de Manu, cuando se queda solo con su guitarra para lucirse. Hasta Pablo no pudo reprimir el comentario: “No sé lo que opinaréis vosotros, pero a mí este tío consigue emocionarme”. Y tanto. Consiguió emocionarme más en Benissa, cuando sí nos callamos todos e hizo su tema sin micro, y diciendo que no con la cabeza, que no pidiesen silencio, que su voz era suficiente, que el no merecía tantos honores como un auditorio en silencio por él. Sí, lo merece. Lo que no entendieron las pocas personas que había en la barra del bar y no se callaron, y a pesar de la niña mona que estaba delante de mí y que mostró al grupo su opinión con un discreto bostezo. Hubiese sido un milagro que un viernes por la noche se callase la sala entera. Manu hizo un par de intentos de presentar a los Farrah, supongo que debía de pensar en otra cosa, o en otra chica, no la del bostezo, porque no paraba de decir que vendría a continuación un tremendo grupo llamado Delco. A mí me hubiese gustado, desde luego. A continuación vinieron los Farrah con su divertida música con la que no puedes para de bailar. Acordes alegres, despreocupados de un power pop que no para de recordarme a American Pie, con no sé qué conexión psicoanalítica, porque el cantante de californiano sólo tiene las influencias, clarísimas, de la parte más simple de los Beach boys, la de los coros y los acordes mayores, no la de los tremendos cambios de ritmos de sus mejores temas. Y de la más simplista influencia del pop británico, esos comienzos que nos recuerdan a los Beatles menos profundos y más ñoños. Así que si no os ha quedado claro, cada música para cada ocasión y si en mi casa escucho a Delco para mimar mis oídos en el coche escucho a Farrah. A cada cual lo suyo o, como diría mi madre, que es muy cañí ella, “ca uno e ca uno y dios en la de tos”. Vete tú a saber qué quiere decir pero creo que viene al pelo. Y de vuelta a casa en la autopista con Nueva Vulcano, Los Planetas, Maga, Yo la tengo, Wilco. Una horita de buena música en la que acurrucarse antes de ir a dormir. ¿Quién puede pedir más para ser medianamente feliz?