15 de mayo de 2008

El corazón helado

Hace poco comentaba mi desazón ante la maldad en el mundo, ante los especuladores. Confieso que la maldad y la locura son dos de mis temas favoritos. Después de recordar El tercer hombre comienzo a leer la última novela de la Grandes, porque siempre es bueno recodar qué es escribir bien.
Dos Españas, la nuestra y la de ellos. Supongo que lo difícil es saber cuál es la nuestra. Algunas familias se sienten orgullosa de su derrota, porque luchaban por ideales democráticos, esos mismos ideales que han llevado a todos los países europeos a considerar héroes a aquellos que lucharon en la misma posición en la II Guerra Muncial. Otras prefieren olvidar, en aras de la concordia nacional. En este mismo país nos llevamos las manos a la cabeza cuando se crean leyes de punto final y se deja de hacer justicias sobre crímenes que, a la distancia, nos parecen punibles y clarísimos. En este país en el que no se ha juzgado a nadie, ni se ha condenado todavía la dictadura, ni se habla abiertamente sobre los antecedentes políticos de nuestros políticos. No me puedo imaginar que un antiguo afiliado al partido o a las juventudes nazis pueda ocupar un puesto público sin pedir perdón públicamente y renegar de su pasado. En este país hemos tenido como presidente de gobierno a un hombre que militaba en el sindicato de la Falange sin que haya habido un sólo gesto de condena a la dictadura. La misma ley de partidos que obliga a condenar los antentados de ETA , ¿debería aplicarse en estos casos?
Y sobre esto, una vez más, trata una novela. Para que no olvidemos de dónde venimos y dónde podemos llegar bajo una fachada democrática. Sobre política, sobre el compromiso y la falta de él, sobre las relaciones de familia, sobre las personas y sus debilidades, y también sobre la maldad. Es curioso como esta autora consigue crear unos personajes demoledores, en este caso, con un corazón tan frío que nos dejan perplejas sus reacciones.
Y, además, escrita deliciosamente, para saborearla y fagocitarlas. Disfrutad

1 comentario:

Mamwualde dijo...

bURNING DOWN THE HOUSE...