Redbelt

Las películas de David Mamet son un puzle y un juego. Quizá una de las mejores fue the Spanish Prisioner. Desde esa no me pierdo ninguna. Ante ésta me he llevado un pequeño chasco: a veces crear demasiadas espectativas es lo que tiene. Como en muchas de sus películas nada es lo que parece y nadie es quien pretende ser, esas máscaras que todos usamos y que tan buen uso teatral sacaron Prandello y nuestro estupendo Valle. En Redbelt da la sensación de querer una peli sobre lucha, las buenas coreografías de artes marciales nos pierden a algunos cinéfilos, sin saber muy cómo, y se quedan algunas flecos colgando y otros se enlazan por los pelos. Me quedo con la duda de qué pinta en todo esto el personaje de Emilie Mortimer. Y me quedo con un sabor agridulce pòr un final rápido en el que tienen que explicar al personaje todo lo que ha pasado para que todos, incluido él, claro, sepamos de qué va el engaño. En fin, que comienza mejor de lo que acaba y se queda en una peli entrtenida. Hubiese ganado enteros si la lucha final hubiese sido con Santoro a torso descubierto.