2 de abril de 2008

Héroes

Muchos somos los que nos hemos enganchado a la serie, por la historia, los personajes o los efectos especiales, o porque la ciencia-ficción está de moda.
Me parece interesante que retome algunos conceptos del comienzo de los cómics de superhéroes, su inebitable unión con la historia de la que parten. Si los primeros héroes nacen tras un enfrentamiento bélico mundial, el resurgimeinto de este tipo de personajes tiene que ver con el cambio de enemigo después del 11/s. Umberto Eco tiene una maravillosa página en el Nombre de la Rosa en la que reflexiona sobre la necesidad de crear un enemigo con el que pretestar muchos hechos políticos: lo que en teoría política se ha defenido como respuesta dura y Lakoff define como padre estricto frente a padre protector o respuesta blanda. La respuesta dura supone un recorte de derechos y libertades indibiduales en beneficio del bien común por nuestra seguriadad. Más o menos lo que ha venido haciendo Bush en los últimos años. ¿Quién puede negarse a dejar que le identifiquen con un análisis ocular si no tienes nada que ocultar? La propuesta de control de la retina en los aeropuertos vino con la consigna de "ningún hombre de bien puede estar encontra". Y sin embargo parece que se nos olvida que así empezaron los regímenes totalitarios en el s. XX. Recordemos que tenemos todo el derecho del mundo en viajar, en estar en nuestras casas o conducir nuestro coche sin que nos tengan localizados a través de un gps, sólo si cometemos un delito y se demuestra seremos culpables, hasta entonces somos inocentes. De ahí mi interés por el vuelco que supone la película con respecto al cómic de V de Vendetta: una catástrofe dirigida por el gobierno para controlar a la población. Y de ahí que el planteamiento de la primera temporada me resulte tan interesante: dejar que una catástrofe arrase NY para poner un presidente y "limpiar" la sociedad, ¿de qué? El hecho de que uno de los personajes principales sea un candidato a congresista da pie a multitud de posibles interpretaciones. La decisión que debe tomar Nathan Petrelli no es sólo vital, sino tan política como llevar a un país a la guerra o no. Otro de los aspectos que me gusta es que parece estar pensada con varias temporadas en mente, como una historia larga, como un cómic, y con la intriga perfectamente dosificada entre acontecimeintos de enlace y acontecimientos de avance. Deseando ver más, claro.

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