30 de enero de 2009

Concursante. Rodrigo Cortés

Dentro del ciclo Sbaraglia llegamos a Concursante, más que una película una fábula sobre cómo funciona la economía, lo atrapados que estamos y, sin duda, nos explica, muy elementalmente, el lío que el que parece que andamos metidos.
La historia nos remite a El club de la lucha, otra película antisistema, pero con un final más moralizante, y por lo tanto descorazonador. Ésta nace como comedia ácida, la estadounidense como thriller con final sorpresa y con una ideológia más marcadamente anárquica.
Martín es un profesor asociado en la universidad, con un sueldo que no le permite mantener el increible premio que le ha tocado, tres millones de euros en cosas, no en efectivo. Pero las cosas cuesta mantenerlas, y hay que pagar impuestos, el círculo en el que se mete es insalvable, el final, esperable, sobre todo si terminas pecando de codicia.
Viéndola puedes preguntarte cómo es posible que un profesor de Historia de Economía no sepa lo más básico de la economía, que se lo tengan que explicar como un niño pequeño. También me pregunto cómo es posible que gente con másters en las mejores universidades del mundo hayan dejado derrumbarse el sistema económico mundial, cómo es posible que los mayores bancos del mundo lleguen a quebrar.
El final es desalentador: Chete Lera recomienda pillar el dinero y correr, lo que sea, antes de que el sistema te debore, pero el personaje de Sbaraglia está cegado por el estrés, no parece que piense con claridad, ni es una peli de bandidos con sangre fría que terminan dando un golpe magistral y se ríen del sistema. Ésta es una comedia ácida de un pobre desgraciado al que le ha tocado la lotería y el sistema termina deborándole.
La estética de la película es peculiar, unos colores oscuros, fotos fijas y un rimo de spot televisivo. Os dejo un vídeo sobre por qué los préstamos no son más que el timo de la estampita.

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