14 de abril de 2009

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Stieg Larsson

Paca, la librera, está convencida de que éste es mejor que el primero. A mí me ha tenido una noche sin dormir, directamente, entre otras cosas por la mirada de la chica de la portada, que da un poco de miedo. La segunda entrega de la trilogía se podría leer sin haber leído la primera, en todo momento el autor da datos suficientes como para ubicar a los personajes, pero es una pena no seguir la serie, al fin y al cabo sólo son tres. El ritmo narrativo es mejor, es cierto, puesto que la trama central no tarda tanto en desarrollar, la primera novela sufre un pequeño parón en el que parece que la historia no avanza antes de entrar en un ritmo mucho más intenso. La estructura ayuda, después de la primera parte que creo que sirve de enlace entre las dos, comienza una aventura que va más allá de resolver un misterio. Defectos:
  • excesos de coincidencias afortunadas que posibilitan el ritmo trepidante de a trama, muy en la línea de las películas yanquis, referencias que aparecen en los títulos de los capítulos y por lo tanto que el autor quiere hacer patentes;
  • en la página 289 hay unas comillas a mitad de página con la que comienza un párrafo. tipo cierre, no comienzo. De esta forma no aparecen en el resto del libro y el resto, utilizadas para marcar pensamientos, lecturas de periódicos y demás, aparecen a pares, es decir, abre y cierrra una expresión. Estas están ahí algo perdidas, así que me queda la duda de para qué estarán (¿es un error de edición? Acepto sugerencias).
Por lo demás sólo me queda admirar al autor que ha conseguido una vez más hipnotizarme.

2 comentarios:

Jordi Manzanera Bertràn dijo...

Hola Kandela. Buen análisis del libro, aunque debo de confesar que a mi me gustó más el primero, quizas por la novedad. De todas maneras espero con interés la publicación del tercero, "La reina en el palacio de las corrientes de aire", traducido del francés, porqué aquí en BCN la gente que no puede esperarse lo esta comprando en este idioma. Siento no poder ayudarte en la interpretación de las comillas de la página 289, más allá de entender que se trata de un error tipográfico y que en realidad debería ser un guión de apertura de conversación. Saludos.

Kandela dijo...

Me molestan enormemente ese tipo de errores, parecen una tontería, pero en realidad pueden cambiar el sentido a todo un párrafo. Provocados simplemente por el desprestigio que tienen en este país las humanidades, con lo poco que cuesta tener un corrector profesional en nómina: uy, es verdad, que cuesta un puesto de trabajo que se puede suprimir, qué boba! Y pensar que todavía leo por ahí que las faltas ortográficas no tienen importancia...