30 de abril de 2009

Los perros de Riga. Henning Mankell

Una se anima y se confía. Fui al concierto de Pelle Carlberg y me gustó, la trilogía Millenium me ha enganchado como hace mucho no lo conseguía un buen libro y me dio por pensar que estos suecos eran sorprendentes y que a lo mejor no le había dedicado todo el tiempo que se merecían. Hace tiempo que me leí Asesinos sin rostro y no me pareció nada del otro jueves pero después de confirmar la buena calidad de su pop y de ver algo de cine resultón pensé que mis prejuicios con respecto a las traducciones me estaban dejando sin algo bueno. Así que me enganché al tren de Mankell pensando que si le leía tanta gente algo bueno habría. Pues no: los diálogos son forzados (este hombre no ha visto ni cine, ni teatro, y de verosimilitud en los diálogos mejor ni hablar: ¿quién engancha tres preguntas seguidas sin una muletilla, una tematización o cualquier otra marca discursiva?); la forma de plantear el suspense, pobre (cuántas veces es capaz de pensar que se le escapa algo, qué no está viendo que debería, esperando encontrar la pista que le falta para completar el rompecabezas, que, por otra parte, no resuelve, se lo muestran en un final simplón), la historia, cogida por los pelos: todavía no entiendo qué es lo que le lleva a Riga, ¿las autoridades letonas necesitaban al inspector sueco para algo más que para saber lo que podía haberle dicho el muerto? ¿Y eso no se resuelve con una llamada telefónica... o dos? Y lo mejor/peor de todo: ¿tiene que llegar un sueco para salvarle el país a los letones, no había nadie en todo el país que pudiera descubrir los papeles perdidos de la conspiración? Todavía si fuera yanqui lo entendería. Eso sin tener en cuenta el lenguaje, simple y monótono. Que alguien me diga que es por la traducción porque para mí todas las novelas negras no son iguales.

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