3 de abril de 2009

Rachel getting married.

Para empezar la actriz protagonista no es santo de mi devoción, vaya, que la tengo cruzada así que haga lo que haga no me va a gustar. A partir de ahí han intentado hacer una peli intensa de estas en que se nos van mostrando las interioridades de una familia, lo que se quieren y los rencores escondidos, con una serie de personajes que no sé muy bien qué pretenden mostrar: la familia del novio es negra, y además músico, lo que me hace preguntar qué carajo hace liándose con una estudiante de psicología con una hermana yonqui, de clase media-alta de Connecticut, con amigos de todas partes del mundo, asiáticos, blancos, hawaianos (yonqui también) y además celebran una boda india-budista-civil. A mí me ha resultado la mar de verosímil, de verdad. Sobre todo porque como es una historia profunda lo mejor es desarrollar la boda al completo, con sus actuaciones musicales, y demás. Quizá para hablar de las personas y de sus problemas no haya que ser tan folklórico, y simplemente hablar desde el corazón. Algo así como lo que hizo Robert Redford en Ordinary People, allá por el año 1980. A veces me da por pensar en que todo el dinero que se usa en una película se podría destinar en la investigación contra el cáncer... bueno, de algunas películas, claro.

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