5 de junio de 2009

Bottle Shock. Randall Miller

Las comedias estadounidenses pueden ser muy predecibles: si aparecen una panda de desarrapados y un concurso se nos va a contar cómo se superaron a sí mismos y terminaron por ganar. Ups, vaya, que a lo mejor le he estropeado el final a alguien. Aun así está simpática de ver. Allan Rickman merece todo mis respetos como actor, y después de comprobar la falta de nivel de la mayoría de las producciones en un año, creo que por lo menos una comedia se puede digerir.

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