9 de junio de 2009

Il Divo. Paolo Sorrentino

Me han recomendado ver esta película. Hay recomendaciones que se agradecen. Fue premiada en Cannes el año pasado, y desde luego no pasa desapercibida a quien la ve. Después de la perturbadora Gomorra, me pregunto si Italia vuelve al cine de denuncia con otros formatos. Lejos de ser la típica película de corrupción, de mafiosos o de intrigas, aquí tengo que apuntar que sin duda la realidad es infinitamente más corrosiva que las intrigas holiwoodienses, y lejos de ser un biopic lineal estamos ante una película que plantea preguntas, de las que imaginamos las respuestas, sin duda. El montaje me ha resultado chocante: frente a escenas tan hieráticas y estáticas como el rictus de su protagonista, mezcla escenas de cotidianidad, de discursos políticos y algún toque de humor. La historia es espeluznante: uno de los dirigentes del máximo partido en el poder, Democracia Cristiana, no sólo es acusado de relacionarse con la mafia, también de ser el instigador de varios asesinatos, manteniéndose en el poder apoyado por su partido, por la cúpula vaticana y por los votantes, claro, que en Sicilia, Nápoles o Calabria no dejan de votar a quien la mafia señala como el más adecuado. En 1992 hubo un gran juicio contra la mafia que desestabilizó el sistema democrático en sí mismo: Manos Limpias acusó a alguno de los dirigentes históricos y facilitó la aparición de nuevos partidos, como el que llevó al poder a Berlusconni. Con historias así , ¿quién necesita cine gore?

No hay comentarios: