30 de junio de 2009

Three Mmonkeys. Nuri Bilge

Los tres monos: ver, oír y callar. No es difícil imaginar qué historia nos van a contar, una historia de vencidos, o de perdedores, o de antihéroes. Una familia cuyos miembros se traicionan así mismo dejándose llevar a la deriva, asumiendo pasivamente lo que hay. El padre acepta un dinero por ir a la cárcel asumiendo un delito de su jefe; la madre deja a su hijo que llegue ensangrentado a casa sin preguntar; el hijo deja que la madre tenga un amante a cambio del dinero para un coche; el marido aparta la vista cuando su esposa tiene un amante. Entonces el hijo toma una decisión, por fin, y el padre pide a otro, aún más desgraciado, que asuma la culpa, como en la fábula de Samaniego. El director opta por unas tomas preciosistas, grandes planos con el mar de fondo, primeros planos de actores con pasiones contenidas, colores apagados, en una estructura en tres piezas, siguiendo a cada uno de los personajes como si de historias separadas o fragmentadas se tratara.
Todo aputa a un buen drama, pero no: el guión lo han debido de escribir en una servilleta y perfectamente podían haber resuelto la historia, con igual resultado, en un corto de 20 minutos. El resultado es pesado, aburrido, pero eso sí, preciosista. Lo sorprendente es que ha ganado bastantes premios, entre ellos a mejor director en Cannes. Me pregunto si es porque es turca, porque no cuenta nada, o porque la fotografía está cuidada.

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