Hancock

Una película de Will Smith siempre es digna de verse. Igual que hay algunos actores que alcanzan su éxito a través de la tele y no dan pie con bola, otros parecen tener talento para actuar y para elegir las películas en las que actúan. Desde luego me considero fan de este actor que, al margen, tiene un cuerpazo a demás de otras cualidades. Reconozco que es una buena razón para hacerse seguidora de los partidos de baloncesto, hombres altos, musculosos, con estupendos brazos, y en paños menores, ¿cómo no madrugar para ver la final de baloncesto en las olimpiadas, desde luego por animar a España y, por qué no, para ver sudar a Coby Bryan? En fin, que tenemos una peli dirigida hacia un público infantil, o sea yo, con unos cuantos gags, que para pasar un buen rato no pido más, y de rebote enseñan a los ñiños cualidades estupendísimas como la amistad, el valor, dejar el alcoholismo, (probablemente ésta es la más importante, siempre me la repito los domingos por la mañana), y el amor (oohhh).