Pintors Universals: Jan Davidz de Jeem
Hace 1 año
Una película cuya promoción se centra en ser la biografía de un poeta tiene que llamarme la atención. Lástima que se quede en nada. No sólo es una película que me ha dejado fría e indiferente, tampoco me parece que sea la biografía de ningún poeta. Para disimular le han hecho leer algunos, creo que tres o cuatro, que en v.o. quedan la mar de cucos. Pero la película se cae, es lenta, el montaje en el juicio es parco, bruto, cortante, parece que no saben cómo terminar la historia.
Se centra en el reencuentro de Thomas con un amor de adolescencia en el transcurso de la guerra, hasta que el marido de la chica vuelve y una confrontación proovca que sus vidas se separen de nuevo. Igual hubiese podido no ser la vida de un poeta, la verdad. Por un lado hay una pareja que no sabe ser fiel así misma, Dylan es compulsivamente infiel, además de borracho, su esposa no le deja atrás. Con ese panorama no es extrañar que intente encamarse con su antiguo amor, que los celos sean uno de los temas principales y que no paren de discutir de quién es el hijo de cada cual.
Estupenda serie de cinco temporadas que nos cuenta una visión global del tráfico de drogas en una ciudad media de Estados Unidos. Obviamente algunas cosas están edulcoradas y ficcionalizadas para sentir empatía con los personajes pero me ha gustado que no es una lucha entre los buenísimos polis que nos protegen y los malos traficantes que quieren destruir nuestra sociedad. Hay cierto determinismo social en todo el planteamiento: si naces en un gueto siendo negro tienes menos posibilidades de llevar una vida digna. Es triste que sea ese tipo de cosas las que se terminen importando, pero tristemente es lo que estamos viendo en la educación pública de la Comunidad de Madrid: la excasa inversión y el mucho interés en que los problemas educativos que puedan arrastrar los emigrantes se queden entre ellos y no se mezclen con los "nativos" (me imagino que no hace falta recordar que el tanto por cierto de integración que exige la Ley no se cumple ni en los colegios concertados ni en los privados).
Cada temporada se centra en un tema aunque mantiene a los mismos personajes su protagonismo va rotando, así que tampoco cae en una estructura cerrada de caso por resolver según cada temporada, y tampoco cae en la repetición de datos de un episodio a otro, que en algunas series termina por ser irritante.
Interesante película. La trama es algo simple: desde pequeño hay un personaje en el barrio que va de tipo duro. En plena adolescencia el protagonista ve cómo le dan una paliza a un par de chavales pero decide no hacer nada. Tres años después, ya en la universidad, el personaje se mete aún más en su vida, descubriendo que la violencia es difícil de gobernar.
Pero me parece interesante por algo más, que en realidad se presenta de forma muy obvia en la película, incluso explícitamente en una de las clases a las que asiste el protagonista: la película es una ejemplificación de lo que Hanna Arendt llamaba "la banalidad del mal". En la clase se menciona algún hecho expecífico, pero lo que la filósofa quería mostrar es que todos colaboramos para que el mal exista, porque no hacer nada, no evitar que algo malo ocurra, es ser su cómplice. En al película, cuando el protagonista tiene que decidir si testificar contra el matón, la presión de su grupo de pares, con los que juega al baloncesto en el barrio, tiene más peso que su propia conciencia. Así millones de personas han transigido con dictaduras, represiones por miedo, mejor no hacer nada. Así cada día contribuimos a la desigualdad y a la injusticia, por no hacer nada.
Se podría hacer un ensayo sobre las distintas filosofías que se muestran en las películas educacionales.
Por cierto, que el protagonista está ahora en pantallas en una comedia negra sobre zombies.
Divertida historia de cómo empezaron las radio-fórmulas: esas cadenas que no paran de poner música y anuncios. Aunque más que divertida cabría decir infantil, donde los buenos son unos rebeldes casi altruistas y el malo lleva un bigote a lo Hitler. Lo mejor, su banda sonora; lo peor, su falta de guión.
Si hay películas en las que ciertos aromas cautivadores parece que entran por la pantalla, en esta el olor a mierda es evidente. Con una estética feista, seca y deprimente, la película nos cuenta la historia de un personaje gris, que va asumiendo el infierno en el que se ha convertido su vida, perfectamente resumida por él mismo en la escena de la cocina: un pobre diablo que se dedica a la compra-venta de objetos, insensible, para hacer de este negocio basado en la necesidad ajena algo rentable, frío, cínico, incapaz de ver a las personas como tales, si no como objetos que poder comprar, en una degeneración tal que termina por poder "comprar" un culo.
La cloaca funciona a la perfeción como símbolo de todo esto: él está obsesionado con que la gente que entra a su despacho sepa que el olor putrefacto no proviene de él sino del baño, pero es obvio, y un cliente se lo hace notar, la mierda del baño sale de él, el olor es suyo. Intenta taparlo por sus propios medios, maquillando el problema, pero el problema crece hasta que se hace insostenible. Al final lo manda reparar, pero él mismo vuelve a abrir el conducto por el que sale el desagradable olor a mierda. Impresionante el final en el que el tipo busca el agujero a rastras, lo último que desea hacer en esta vida es seguir teniendo ese olor en la nariz.
Y entre todo este olor a mierda aparecen un elenco de secundarios cada cual más curioso, los que hacen que la acción avance, provocando escenas surrealistas, desconcertantes.
A pasado por Cannes la nueva película de este director, À deriva, a ver si la consigo.
Biopic sobre uno de los iconos del rap en los últimos años. Dos discos, a lo Joy Division. La película nos presenta un perfil muy bonachón de lo que debió ser en realidad: un buen chico, metido en tráfico de drogas pero que en realidad quiere cambiar el mundo con su música. La historia está bien contada, ascenso y caída del héroe, y desde luego para los amantes de la música, sin importar estilo, es imprescindible: en la lista junto con Ray, Cadillac Records, Stoned, Control, Grat Ball of Fire, 24 Hours Party People, The Doors, y demás películas sobre la fascinación que nos supone esos extraños personajes que se dedican a la música.
Enésimo biopic con la excusa de un crack de la música. Lástima que resulte tan soso. La historia de Brian Jones se centra en las circunstancias de su muerte, sin contarnos la historia de los Stones, ni sus relaciones personales más allá de que su adicción a las drogas le dejó sin componer, sin la chicha y que fue expulsado del grupo poco antes de su muerte. Un videoclip de relleno y un par de frases a destacar y el resto resulta anodino.
La típica pregunta que se le hace a un adicto; lo mejor, su sonrisa
El cine brasileño, como la publicidad, destaca por su calidad. Con su primer largo Marcos Jorge gana un premio en la Semici de Valladolid. Quizá sea un premio con menos prestigio pero me parece mejor película que algunas que han triunfado en Cannes.
Nuestro protagonista llega a Sao Paulo como un recién nacido y poco a poco va aprendiendo cómo funcionan las jerarquías en la vida: en la cocina, en la cama y en la cárcel. Al final no va a ser tan tonto como parece, porque la lógica se impone. Poder, sexo y gastronomía me llevan, inevitablemente a recordar una gran pelícual, de Greenaway, que me marcó cuando la ví, allá por el 89:
Los tres monos: ver, oír y callar. No es difícil imaginar qué historia nos van a contar, una historia de vencidos, o de perdedores, o de antihéroes. Una familia cuyos miembros se traicionan así mismo dejándose llevar a la deriva, asumiendo pasivamente lo que hay. El padre acepta un dinero por ir a la cárcel asumiendo un delito de su jefe; la madre deja a su hijo que llegue ensangrentado a casa sin preguntar; el hijo deja que la madre tenga un amante a cambio del dinero para un coche; el marido aparta la vista cuando su esposa tiene un amante. Entonces el hijo toma una decisión, por fin, y el padre pide a otro, aún más desgraciado, que asuma la culpa, como en la fábula de Samaniego. El director opta por unas tomas preciosistas, grandes planos con el mar de fondo, primeros planos de actores con pasiones contenidas, colores apagados, en una estructura en tres piezas, siguiendo a cada uno de los personajes como si de historias separadas o fragmentadas se tratara.
Quizá lo peor de la construcción de los personajes es cuando dices que deben de ser de una manera y luego lo han de demostrar. Quizá lo peor de esta novela sea la voz femenina, la narradora que no para de expresar que está ante un interlocutor inteligente y que ha de forzarle a hablar, que cuente sus secretos, lo que hay detrás de tres entradas de un blog que la ha enganchado. Presumir que controlas un tema, y que eres inteligente antes de demostrarlo sólo sirve para que lo que forzosamente nos ha de parecer ingeniso no nos lo parezca tanto. Y ahí la narración cae. Lo que me gusta de los guardias civiles de Silva es su humildad para resolver los casos, no usa esa muletilla de "este malo es muy sagaz pero yo lo tengo todo en la punta de los labios, hay algo que se me escapa y lo voy a descubrir porque soy la caña". Los guardias civiles son sistemáticos y hacen su trabajo. Aquí Silva ha empezado por el final, y aunque la idea es ingeniosa, ni es el primer libro sobre chats, ni, espero, será el último. Aunque sí espero mejor literatura la próxima vez.
Sobre la muerte de Michael Jackson que hablen otros.
Última entrega de la serie que cierra esta trilogía que nos ha sorprendido a todos. Si la primera se puede leer como una novela independiente, ésta es una clara continuación del segundo. La acción parte del momento en que deja a los protagonistas en el segundo libro y, aunque intuimos que habrá final feliz, nos atrapa con las mismas técnicas que nos tiene acostumbrado el cine norteamericano: intriga, buenos, malos, acción y alguna sorpresa. Lo que me ha quedado muy claro es que la historia global la tenía en mente antes de empezar el primer libro así que, igual que en el segundo hay una primera parte de comienzo algo autónoma con respecto a la trama principal, la primera historia podríamos englobarla en una amplia presentación de los personajes y cómo se conocen, como una primera aproximación a la trama principal.
He leído que este buen hombre había escrito mucho más, que decidió destruirlo todo y empezar de nuevo y que queda media novola en disputa entre sus herederos. Lo malo , y lo bueno, de los escritores muertos es que la ficción les atrapa y ya no hay manera de distinguir leyenda y realidad.
En definitiva la última entrega no decepciona, sigue las pautas narrativas que nos han podido gustar en las entregas precedentes y se mantiene en los lindes de la novela negra, menos negra que la norteamericana de posguerra, en la actualidad los buenos no son tan malos.
PD: Que sea una revisión de la figura de Pipicalzaslargas no hay ni que decirlo, ¿verdad?
Winterbottom es uno de los directores de trayectoria más prolífica y absolutamente incasificable. No es un director de dramas profundos, o de películas de acción, o de compromiso político, o comedias costumbristas, pero todo lo que hace tiene un sello personal, una cámara en primeros planos con un ligero movimiento, unas escenas dramáticas sin música de fondo, sin melodrama, con realismo y a la vez contenidas. En eso se le notá que es inglés. Y en cada película explora algo nuevo.
En esta vemos al Winterbottom dramático, con una estoria sobre un periodista desaparecido en Pakistán, al poco del atentado de las Torres Gemelas. La investigación llevada a cabo para encontrarle es la base de la trama, pero no tanto como thriller, y no tanto como el drama de la esposa que espera noticias y a la que se le paraliza la vida. No explora los métodos en los interrogatorios que debe de utilizar la policía de Pakistán, aunque aparecen presos mojados no aparecen electrodos o métodos de tortura. Lo que sí parece interesante es la estructura con la que han elaborado el plan los secuestradores: cada uno sabe su parte, y cuanto menos sepa menos contará a la policía, de esa manera se alarga la investigación, salen pistas que llevan a callejones sin salida. Quizá lo peor de la película sea el peinado de Angelina Jolie, no se mueve ni en los flashback, ni cuando llora, ni na: una peluca que le queda muy mona y que no han variado en los meses de rodaje.
No me parece la mejor película de este buen hombre, pero es interesante.
Me han recomendado ver esta película. Hay recomendaciones que se agradecen. Fue premiada en Cannes el año pasado, y desde luego no pasa desapercibida a quien la ve. Después de la perturbadora Gomorra, me pregunto si Italia vuelve al cine de denuncia con otros formatos. Lejos de ser la típica película de corrupción, de mafiosos o de intrigas, aquí tengo que apuntar que sin duda la realidad es infinitamente más corrosiva que las intrigas holiwoodienses, y lejos de ser un biopic lineal estamos ante una película que plantea preguntas, de las que imaginamos las respuestas, sin duda.
El montaje me ha resultado chocante: frente a escenas tan hieráticas y estáticas como el rictus de su protagonista, mezcla escenas de cotidianidad, de discursos políticos y algún toque de humor. La historia es espeluznante: uno de los dirigentes del máximo partido en el poder, Democracia Cristiana, no sólo es acusado de relacionarse con la mafia, también de ser el instigador de varios asesinatos, manteniéndose en el poder apoyado por su partido, por la cúpula vaticana y por los votantes, claro, que en Sicilia, Nápoles o Calabria no dejan de votar a quien la mafia señala como el más adecuado. En 1992 hubo un gran juicio contra la mafia que desestabilizó el sistema democrático en sí mismo: Manos Limpias acusó a alguno de los dirigentes históricos y facilitó la aparición de nuevos partidos, como el que llevó al poder a Berlusconni. Con historias así , ¿quién necesita cine gore?
Este director argentino tiene una trayectoria más que interesante. Su Hombre mirando al sureste, con un título con claras reminiscencias poéticas (un minuto de silencio por nuestro querido Benedetti), nos introduce una reflexión sobre la locura; El lado oscuro del corazón opta por mezclar poesía y cine, , Benedetti hace un cameo en esta ocasión, y, siendo argentino no podía ser de otra manera, metiendo sus guiños al psicoanálisis, en una reflexión sobre el amor. Y parece que la poesía lleva a la meditación, a leer a Bucay, y estao al tantra, sobre todo acercándose a cierta edad, así que el director rueda una peli sobre las glorias del sexo tántrico. Prefiero la lógica de Ionesco: la filología lleva a la matemática y ésta al crimen. Sin duda es más estimulante que tener que contar hasta 81 las veces que puedo ser penetrada sin que el menda eyacule, no deja de ser interesante, sobre todo si tienes que pintar el techo. Me resulta curioso que el protagonista, masculino, se declare el mejor amante de Buenos Aires y pueda viajar a distintas ciudades en el momento del orgasmo, lo que no deja de estar realmente bien para él, sin que veamos que a la chica le pase absolutamente nada. Así que como enseñanza sexual no deja de ser curiosa.
Sobre la peli, Subiela sigue con los mismo juegos de palabras que hizo de El lado oscuro una película tierna y atrevida, llena de poesía. Volverlo a ver no sé si tiene especial sentido, porque parece que no avanza. La música de Aznar, probablemente, sea lo único rescatable porque me parece de los mejores músicos que ha dado ese país.
Sobre el argumento voy a hacer una declaración de valores: soy culturalmente mediteránea y muy orgullosa de serlo, es parte de mi identidad. Así que cuando oigo a la gente de mi entorno hacer mezclas de culturilla zen como fórmulas para aderezar su aburrida existencia no deja de sorprenderme. Cierto que todas esas religiones personales que aparecen no son más que la parte más cutre y negativa del mundo en que nos ha tocado vivir, precisamente por eso son tan criticables. He oído decir que el deso evita la felicidad (muy zen y muy de psicología de nuestros días, ¿verdad?), sin embargo la utopía ha sido uno de los motores de nuestra cultura, y utopía significa desear algo que no tienes por qué conseguir: muchos negros han muerto por el reconocimiento de sus derechos, y homosexuales, y mujeres, y obreros, y creo necesario que haya gente que desee cosas imposibles. Me han dicho que elegimos dónde nacemos,, nuestro chacra o no sé que leches, por lo que somos responsables de la vida que nos toca vivir, lo que, además de parecerme una chorrada, no deja de ser una adaptación de una idea muy católica, que debemos ser estoicos ante la vida pues "no tenemos por qué entender las pruebas que dios nos manda para ganarnos una mejor existencia después de muerto". Así que todo ese estoicismo que nos hace contener las pasiones, no desear, y aguantar con buen gesto las adversidades de la vida me la paso por el forro. Porque soy mediterránea, pasional, deseo cosas imposibles, (por dios que mi abuela participó en una guerra), y en el sexo sudo, araño, muerdo y no me pongo a contar las veces que es capaz de penetrarme mi amante sin eyacular, eso sí, agradezco que el tipo no sufra de eyaculación precoz. Menos yoga y más follar, por favor.
Kevin Smith ataca de nuevo, ya era hora, y cómo siempre el estreno de la peli se hace esperar. En la época de la piratería no sé como no se hacen estrenos globales, ésta casi se puede ver entera en youtube.
Como suele pasar la primera peli de este buen hombre es insuperable. Clerks es una peli en la que los protagonistas se ríen de sí mismos, con irreberencia y situaciones imposibles. Ésta no llega a ese nivel pero como comedia romántica es bastante más visible que todas las noñadas que son capaces de estrenar a lo largo de un año y que, no sé por qué, temrinan en boda. Me pregunto por qué los tíos piensan que eso es lo que todas queremos y por qué se empeñan en decirnos que los polvos sosos son "hacer el amor":
Pero tiene momentos muy buenos: ¿qué freak de Star War no ha pensado alguna vez en una porno con esos disfraces? Un guiño muy Smith:
Para quien no entienda la devoción de Smith por La guerra de las Galaxias aquí os pongo otras escenas de Clercks II:
Y la memorable disertación de Clercks:
Las comedias estadounidenses pueden ser muy predecibles: si aparecen una panda de desarrapados y un concurso se nos va a contar cómo se superaron a sí mismos y terminaron por ganar. Ups, vaya, que a lo mejor le he estropeado el final a alguien. Aun así está simpática de ver. Allan Rickman merece todo mis respetos como actor, y después de comprobar la falta de nivel de la mayoría de las producciones en un año, creo que por lo menos una comedia se puede digerir.
Abril Rojo me sorprendió. Cuando leo una novela como aquella no puedo más que seguir incansablemente a su narrador, con los altibajos normales de una carrera, pero con la seguridad que me da saber que escribir un buen libro nunca es por casualidad. Su siguiente novela es algo más ligera, nos adentra en la política del caribe, pero también en la propia paradoja de ser escritor. Intercalando los capítulos nos cuenta a la vez el libro que le han encargado y la historia de dicha creación. En mi opinión estamos ante una novela paródica, tanto del mundo editorial como del aura del autor, ni tan maldito ni tan vendido, el narrador nos habla más de lo que él se había imaginado que debía ser la realidad, de cómo debería ser para ser literaria, de tal manera que la memoria de la dama queda difusa ante la ficción, ella misma no se reconoce en esas páginas. Definitivamente el Mal de Montano anda muy extendido ultimamente.
Bien escrita, aunuqe sigo prefiriendo la crudeza de Abril Rojo.
Una buena peli sobre el tráfico de armas. ¿Será verdad que las farmacéuticas tienen acciones en las productoras y por eso nunca salen en este tipo de películas? A mí me da que más que los bancos o una mafia o un hombre de negocio, las farmacéuticas tienen más poder del que pensamos.
Pd. ME gustó más el Señor de la guerra, y no precisamente por Nicolas Cage, más por su guión, claro.
Paul McGuigan fue el director de una de esas películas que te dejan buen gusto en la boca porque, por lo menos, el guión tiene coherencia y elaboración: El caso Slevin. Desde luego los superheroes, o lo que es mejor, las personas normales con habilidades especiales, me encanta el eufemismo aunque sea un poco largo. Lo malo de que algunas cosas interesantes se pongan de moda es que te toca tragarte este tipo de bodrios que se te terminan por hacer largos e insufribles.
El comienzo está demasiado próximo a la serie de Héores, pero además la escena en cuestión resulta forzada; los malos malísimos son tan tontos que se matan a sí mismos; el final absolutamente previsible.
Me encantan las buenas películas, aunque también disfruto la serie B. En este caso tengo mis dudas de si considerar serie B una peli de 53 millones de presupuesto pero verla ha tenido su encanto: la música de fondo me ha recordado las pelis de ciencia-ficción de los cincuenta/sesenta, las actuaciones de una gravedad tal que no podías dejar de pensar que iba a pasar algo horrible y lo saben, la prota no deja de tener la misma gestualidad que en Yes Man y no sé si es por mala actriz o porque se lo pidieron por favor. Lo mejor, el miedo que da la vieja del final, con su muñeca sobre la cama, sacando uno de los elementos siniestros más sencillos a la hora de dar miedo. Por cierto, el director es el mismo que el de El Sexto Sentido. Habría que recordarle que Hitchock sólo hay uno.
Después de tragarme a Mannkel es un alivio descubrir una novela bien escrita. Probablemente se venda menos que la del sueco, y sinceramente no entiendo por qué, más allá de esta manía que tenemos los españoles de no apreciar lo nuestro, y eso que me considero europeísta y miro con envidia ciertos avances que echo de menos en mi tierra. Aun así sigo apoyando la literatura y a los escritores españoles, porque, en su mayoría, poseen respeto por el oficio que profesan y se nota. Se nota una novela bien estructurada, con una buena dosificación del suspense, de la creación de personajes, respeto por la verosimilitud, cómo se nota que Silva conoce los procedimientos policiales que, al seguirlos adecuadamente, resuelven el caso, más allá del qué no vimos, qué se escapa de la novela que busca un final sorpresa un tanto rocambolesco. El final se puede entrever, pero no desmerece nada la historia, al contrario, lo interesante es cómo resuelven el caso. Y sobre todo, que está bien escrita. Lo que me plantea serias dudas sobre el trabajo de los traductores, me cuesta creer que las novelas extranjeras sean peores después de tanto reconomiento. ¿Será que no estudian literatura, ni lengua española?
Una se anima y se confía. Fui al concierto de Pelle Carlberg y me gustó, la trilogía Millenium me ha enganchado como hace mucho no lo conseguía un buen libro y me dio por pensar que estos suecos eran sorprendentes y que a lo mejor no le había dedicado todo el tiempo que se merecían. Hace tiempo que me leí Asesinos sin rostro y no me pareció nada del otro jueves pero después de confirmar la buena calidad de su pop y de ver algo de cine resultón pensé que mis prejuicios con respecto a las traducciones me estaban dejando sin algo bueno. Así que me enganché al tren de Mankell pensando que si le leía tanta gente algo bueno habría. Pues no: los diálogos son forzados (este hombre no ha visto ni cine, ni teatro, y de verosimilitud en los diálogos mejor ni hablar: ¿quién engancha tres preguntas seguidas sin una muletilla, una tematización o cualquier otra marca discursiva?); la forma de plantear el suspense, pobre (cuántas veces es capaz de pensar que se le escapa algo, qué no está viendo que debería, esperando encontrar la pista que le falta para completar el rompecabezas, que, por otra parte, no resuelve, se lo muestran en un final simplón), la historia, cogida por los pelos: todavía no entiendo qué es lo que le lleva a Riga, ¿las autoridades letonas necesitaban al inspector sueco para algo más que para saber lo que podía haberle dicho el muerto? ¿Y eso no se resuelve con una llamada telefónica... o dos? Y lo mejor/peor de todo: ¿tiene que llegar un sueco para salvarle el país a los letones, no había nadie en todo el país que pudiera descubrir los papeles perdidos de la conspiración? Todavía si fuera yanqui lo entendería. Eso sin tener en cuenta el lenguaje, simple y monótono.
Que alguien me diga que es por la traducción porque para mí todas las novelas negras no son iguales.
Guionista de Y tú mamá también, hermano de Alfonso Cuarón, que pruduce, junto con Guillermo del Toro, la película, Carlos Cuarón nos presenta su primera película como director, una comedia agridulce sobre dos hermanos y el fútbol. Irremediablemente me lleva a Saber Perder, la novela de Trueba, mejor historia, mejor contada. No deja de ser una comedia agradable. Eso sí, difícil de entender a los actores en algunos moementos, por el acento, algo cerrado, la mitad de las palabras las desconozco.
Winterbottom nos sorprendió con 24 hours party people, divertida historia de la Factory Records y el Manchester sound. 9 Songs fue decepcionante, al fin y al cabo insertar clips de canciones enteras de Franz Ferdinand es lo único que convence al público para quedarse en la sala. Con estos antecedentes no me cabe la más mínima duda que habrá buena banda sonora, que la hay, con un par de canciones de pop italiano muy interesantes. Por lo demás estamos ante una película que nos habla de la pérdida. El viaje a Génova surge por la necesidad de un nuevo comienzo, tras la muerte de la madre-esposa de la familia. La ciudad se muestra como un laberinto donde la famila tiene que reubicarse para seguir con sus vidas, un interesante planteamineto que se le queda algo soso.