Parece que se llevan las películas políticamente correctas, con ternura, se las premia y la gente sale con una lagrima del cine pensando que las ocsas pueden ser mejor, que la vida es bella y que todo el mundo puede resarcirse de sus errores.
Nos cuentan un día culaquiera en Nueva York, y cómo le cambia la vida a dos personas. Creo que hay películas que narran de mejor manera ese momento crucial en que la vida te da un giro de ciento ochenta grados. Esta me ha parecido ñoña, infantiloide y con un final lacrimógeno fácil.
Eso sí el prota está como un queso, la varba no le desmerece nada y es una pena que no haya una escena en la que se bañe en la playa, hubiese ganado en interés.
Pintors Universals: Jan Davidz de Jeem
Hace 5 meses
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